El cerebro se ve perjudicado, generando desequilibrio. Con el consumo de alcohol viene la euforia; el alcohólico se regresa seguro de sí, asertivo y hablador. Pese a una mayor seguridad, las capacidades motoras dismuyen prácticamente completamente.
CONSECUENCIAS DEL ALCOHOL EN EL CEREBRO
Ahora, desde Psicoveritas deseamos argumentar ciertas graves secuelas que afectan al cerebro por el consumo de alcohol:
- Genera deterioro en el hipocampo, la composición cerebral encargada de la memoria y, a consecuencia de el consumo de alcohol, puede ocasionar rápidos olvidos e inclusive amnesia total en ciertas ocasiones.
- Puede entorpecer con las conexiones de la corteza prefrontal del cerebro, el área encargada de supervisar los impulsos y el accionar de la persona.
- Altera la química cerebral, reduciendo los escenarios de serotonina, un neurotransmisor relacionado con la alegría, se hace cargo de regular el estado anímico, con lo que el consumo de bebidas alcohólicas puede derivar en trastornos sentimentales en la persona como depresión o ansiedad.
- Acostumar-se ha consumir essa substância todos los días y también tentar parar de repente também pode ocasionar a «Síndrome de Abstinência»: hiperestimulação do sistema adrenérgico que causa dores de cabeça, agitação, tremores, náuseas, vômitos, alucinações y también anudé mesmo muerte.
- Pérdida del conocimiento por periodos breves que tienen la posibilidad de derivar en vahídos o comas etílicos donde peligra la integridad de la persona.
- Su consumo prolongado y en enormes proporciones lleva a una deficiencia de vitamina B1, asimismo famosa como tiamina, que puede ocasionar un trastorno congénito de neutropenia o «Síndrome de Wernicke-Korsakoff» (afín a la demencia).
Alcohol y receptores: “ir” o “no ir”
Contamos cinco clases de receptores de dopamina, pero los que aquí nos resultan de interés son D1 y D2. Los primeros son los receptores que indican o condicionan para “ir”, “llevar a cabo” o efectuar una cierta acción. Señales hacia adelante, favoreciendo un preciso accionar.
Por otra parte, los receptores D2 se identifican por tomar resoluciones como “no ir”, “parar” o no efectuar una cierta conducta. En otras expresiones, estos subtipos inhiben las señales y nos dejan parar o revertir mis impulsos.