Saltar al contenido
Inicio » Cómo saber si tengo sentimientos reprimidos

Cómo saber si tengo sentimientos reprimidos

Agobio y nerviosismo: La gente que tienden a reprimir las conmuevas tienen la posibilidad de estar inquietas o estresadas la mayoría del tiempo, aun sin entender seguramente la causa de esta clase de actitud. Ser desmemoriado: Otra señal que puede señalar que tiendes a reprimir sentimientos y conmuevas es ser desmemoriado.

REPRESIÓN EMOCIONAL

¿Entendemos verdaderamente lo que ocurre en nuestra cabeza? ¿Nos conocemos? ¿Entendemos de qué manera supervisar lo que ocurre en nosotros a fin de que no afecte de forma negativa a quienes nos cubren? ¿Entendemos verdaderamente lo que sentimos y de qué manera estamos en todos y cada instante?

Fallos visibles en tu comunicación

Otra de las señales de que te andas refrenando son esos fallos que acostumbras a cometer al procurar comunicarte, así sea a través del lenguaje verbal o escrito.

Pertence a las señales mucho más sutiles, puesto que en ocasiones los «fallos» en la comunicación tienen la posibilidad de ser inapreciables.

Secuelas de las conmuevas reprimidas.

Como enseñamos previamente, las conmuevas son pura energía y si no las liberamos o aprendemos a gestionarlas, se acumularán o se transformarán en una patología.

En un mismo día tenemos la posibilidad de sentir distintas conmuevas. Tenemos la posibilidad de pasar de la alegría al enfado o la tristeza, entre otros muchos. Si bien no tenemos la posibilidad de llevar un control directo sobre nuestras conmuevas, tenemos la posibilidad de identificarlas, comprender qué nos desean decir (escucharlas) y, por consiguiente, expresarlas apropiadamente.

¿Qué causa el trauma infantil?

Existen muchos acontecimientos o ocasiones que tienen la posibilidad de ocasionar un trauma en la niñez, que nos puede proseguir afectando bastante en la vida adulta. Ciertos son mucho más conspicuos que otros por el hecho de que hubo mucho más enfrentamiento popular sobre ellos, tanto por su régimen en los medios como mediante la legislatura.

Pero el resto no tienen ese peso de reconocimiento popular, por de esta manera decirlo, y asimismo tienen la posibilidad de ser realmente perjudiciales.

Problemas o jaquecas

El agobio o malestar por esconder malas intenciones tiende a tensar los músculos del cuello y la cara, particularmente el músculo corrugador que está en la frente. Esta tensión termina provocando problemas e inclusive dolores musculares en la mandíbula.

El estómago está conectado con el nervio haragán, que paralelamente es uno de los más importantes centros sentimentales del cuerpo. En consecuencia, el estómago es increíblemente sensible a los cambios de humor. No es al azar que se le haya llegado a llamar el “segundo cerebro”.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *