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El Caballero de París – La Habana, Cuba
José María López Lledín (perteneciente de Lugo) era un muy elegante vagabundo popular como El Caballero de París que merodeaba por las calles de La Habana. Era una figura famosa y querida en la localidad. Tras su muerte (en 1985), se puso una escultura de tamaño natural de José María en honor a este emblemático personaje de La Habana.
El día de hoy, lugareños y visitantes asisten en masa a esta escultura de bronce del Caballero de París en pos de fortuna. Supuestamente, tocarse el dedo trae prosperidad, al paso que acariciarse la barba garantiza que cualquier día retornará a La Habana. La Escultura del Caballero de París está en la acera a unos pasos de la entrada a la Basílica Menor del Convento de San Francisco de Agarráis.
Acabó como la celebración de Guatao
En el momento en que los cubanos deseamos expresar que una situación comenzó bien, pero no tuvo un final feliz, mencionamos que “acabó como la celebración de Guatao”. Pero, ¿qué sucedió con esa conocida celebración de Guatao que acabó tan mal?
Si bien hay múltiples ediciones de este mito urbano, semeja que hablamos de una histórica riña que sucedió en Guatao, ciudad del habitual ayuntamiento de Punta Brava, concejo de La Lisa, cuyo mortal desenlace llevó a entre las leyendas de oraciones mucho más habituales cubanas que se han trasmitido de generación en generación.
Aseré, ¿qué bola?
Esta expresión la vas a escuchar múltiples ocasiones a lo largo de tu estancia en la isla. Se emplea para saludar de forma amistosa y se puede traducir como «Hola, ¿cómo te encuentras?»
seguramente escuches esta expresión en docenas de ocasiones cada día, y quizás aun finalices usándola tú mismo. Esta es una manera de desplazarse por la localidad consistente en subir a los turismos a fin de que te lleven a algún ubicación si van en exactamente la misma dirección que tú.
Mi amor, mi vida y mi corazón
Hay tres expresiones bastante dulces que los cubanos emplean en su historia día tras día, sin importar lo más mínimo si conocen o no el nombre de tu interlocutor Son propios de un trato que procura enseñar cordialidad y familia, si bien no permanezca una relación anterior entre los interlocutores. Tienen la posibilidad de ser usados tanto por hombres como por mujeres para dirigirse a personas del mismo sexo y del sexo contrario.