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Cómo se llama el pescador de la Biblia

Simón de Galilea, pescador «empresario»

Ubicación

La escena se lleva a cabo en el amarradero frecuente de las barcas de ámbas parejas de hermanos: Pedro y Andrés, Santiago y Juan , los pescadores acólitos del Señor. Nun (1989) lo sitúa en Taghba. La escena tiene sitio en el momento en que están limpiando las redes tras una ineficaz noche de pesca, tarea para la que siempre y en todo momento se escoge el puerto base, en tanto que se precisan instrumentos y materiales que se guardan en la costa.

Se conoce que hay una mayor abundancia de pesca en la parte norte del lago de Galilea, donde hay mucho más puertos y ciudades que en la parte sur del lago (figura 1).

Pescadores de hombres – Representación bíblica.

1.- Es primordial comprender los tiempos. Varios se enmarañan en estudiar la vida de Jesús por no llevarlo a cabo cronológicamente. Si estudias la sección «Marcos o Mateo», vas a ver por qué razón nos tenemos la posibilidad de confundir. Los dos autores detallan a Jesús marchando hacia el desierto (Mateo 4:11; Marcos 1:13) y también justo después yendo a Cafarnaúm para invitar a sus fieles a ser pescadores de hombres. Lo que no conseguimos ver en estos pasajes es que antes que Jesús hiciese el llamado a invitar a sus fieles, es interesante que había invertido mucho más de año y medio, podría decirse que había invertido prácticamente un par de años en ellos.

2.- Anteriormente esta inversión significaba “llamar es la clave”. Puede apreciarse que hay prácticamente un año de discrepancia entre Marcos 1:13 y Marcos 1:14; Mateo 4:11 y Mateo 4:12 Estos 2 autores hablan de el instante en que Juan el Bautista fue detenido, ver: (Mateo 4:12; Marcos 1:14). Es una de las razones por las cuales el Espíritu Santurrón influyó en el apóstol Juan para redactar el cuarto evangelio.

Una reflexión final con una analogía sin pescar.

Hay parte de predicar el evangelio que no guarda relación con la pesca. En el momento en que piensas en de qué manera los cristianos tienen la posibilidad de ser pescadores de hombres, o sea algo que lo distingue de la pesca regular. Debe solicitarle a la multitud que tome una resolución. El pescador jamás le solicita al pez que salte a la red o al anzuelo, solo espera a conocer el cebo y sujetarlo. Esto no es verdad con el evangelio. Requerimos compartirlo, pero asimismo requerimos solicitarle a la multitud que responda.

En Hechos 2, después de ser lleno del Espíritu Beato, Pedro se puso parado y predicó el primer sermón del evangelio. Efectuó la primera cruzada al aire libre. En el momento en que llegó en el final de su mensaje, eso fue lo que logró Pedro.

¿Qué requerimos para ser pescadores de hombres?

Es singularmente esencial ponerse el escudo de la fe con que eludimos las tentaciones del enemigo, que no desea ver a los hombres salvos por el evangelio de Cristo (versículo 16) y la espada del Espíritu , que es la Palabra de Dios (versículo 17). Sin estos 2 equipos espirituales, nos resultará irrealizable pescar las ánimas de los hombres.

No solo debemos tener la armadura de Dios como nuestro equipo, sino asimismo debemos entender el pez que nos encontramos intentando de capturar. Entender la condición perdida de la gente que nos cubren nos va a ayudar a entender que por buenísimos que seamos pescando, jamás «atraparemos» el pez nosotros.

«Echad vuestras redes»

Jesús ha dicho a Simón: «Echad la barca mar adentro y echad las redes para pescar». Simón respondió: “Profesor, estamos trabajando toda la noche y no pescamos nada; pero, confiando en tu palabra, voy a echar las redes”.

De esta forma lo logró y pescaron muchos peces que se rompieron las redes.

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