Wilhelm Gustloff En tiempos de guerra. Wilhelm Gustloff, transatlántico alemán hundido el 31 de enero de 1945 por un submarino soviético, ocasionando entre 8.800 y 9.300 fallecidos, en su mayor parte asilados, entre ellos varios pequeños. Es el mayor naufragio registrado en la historia.
El 21 de octubre de 1805 sucedió una guerra naval que cambió la historia: Trafalgar. Este combate opuso la armada del Reino Unido, dirigida por Horatio Nelson, a las de Francia y España, comandadas por Pierre Villeneuve. La derrota franco-de españa dio a los británicos el control absoluto de los mares en todo el siglo XIX y aceleró la independencia de los territorios americanos del Imperio español. La desaparición de prácticamente 4.000 personas y la pérdida de 22 navíos hicieron de este acontecimiento entre los peores catastrofes navales de siempre. A lo largo de la Guerra Civil, otro naufragio provocó el mayor número de fallecidos por hundimiento de un solo barco en la narración de España. Un barco de transporte de tropas, cargado de gallegos, que llegaba a Cartagena para vencer finalmente a la República en su último bastión, justo 25 días antes del final de una guerra que absolutamente nadie deseaba proseguir. Entre las tumbas mucho más enormes de la Guerra Civil De españa que es imposible conocer, por el hecho de que todos la olvidaron, la sepultaron y la ocultaron: el derrumbe del Castillo de Olite.
El barco “Zaandijk” había sido construido en 1921 por los astilleros RDM, en Holanda, para la naviera Solleveld Van der Meer & T.H. Van Hattum, para el transporte de mercancías en la línea Java-Sumatra. Entre 1929 y 1932 fue vendido y rebautizado como “Akedemik Paulo”. En 1932 fue de nuevo vendido y rebautizado como “Zwaterwater” hasta el momento en que, en 1936, fue conseguido por la Unión Soviética y rebautizado nuevamente esta vez como “Postishev”.
Siguen los intentos por encontrar y devolver al conjunto de naciones el barco que, en 1914, fue arrollado y hundido por el insuperable hielo marino.
En 1914, en el momento en que el Reino Unido entraba en la Primera Guerra Mundial, el explorador Sir Ernest Shackleton emprendió entre los viajes mucho más bien difíciles de la historia. Lo logró dentro del buque Endurance, cuyo nombre en castellano significaría «Resistencia» y que partió del puerto de Plymouth, en Inglaterra, con destino final a la Antártida. Veintiocho pasajeros se embarcaron en un viaje llamado Expedición Transantártica Imperial, cuyo propósito ideal era realizar lo que absolutamente nadie había hecho antes: atravesar el conjunto de naciones helado de costa a costa. Pero ni Shackleton ni sus hombres aguardaban este enorme desafío de presenciar el naufragio mucho más increíble y también inalcanzable de la historia. Unos días tras el viaje, el Endurance quedó atrapado entre bloques de hielo. A eso se aúnan los vientos intensos, que comprimieron el barco hasta aplastarlo y por último hundirlo en el mes de noviembre de 1915. Por fortuna, Shackleton logró sostener con vida a sus hombres, guiándolos hasta un espacio donde acabaron siendo salvados por un Break-ice del chileno. Armada que, a la inversa de la tripulación, era con la capacidad de andar por esos fríos panoramas.
Hoy la enorme nave espacial prosigue sumergida a una hondura de 3.000 metros en algún punto de ese borde de todo el mundo, pero no es esta distancia la que hace difícil que los expertos la hallen y la devuelvan a la Tierra. Desde el enorme hundimiento hubo intentos de localizar y salvar el Endurance, pero todos han fracasado debido al primordial y supuestamente insuperable obstáculo: el hielo marino. Los bloques congelados que redujeron el barco a trozos, para entonces romperlo y hundirlo, son exactamente los mismos que hoy en día lo cubren y sepultan. Conque su salve es, en expresiones de Mensun Bound, un arqueólogo marino que está a puntito de viajar en un nuevo emprendimiento de búsqueda, “bastante espantoso”. En charla con la BBC, Bound hace la enorme pregunta: “¿Qué significaría hallar Endurance? Esta es la búsqueda de un naufragio mucho más grande que alguno puede arrancar. No habría nada superior que encontrarlo, o mi vida se iría por el desagüe». El arqueólogo es una parte de «Endurance22», un emprendimiento ordenado por Falklands Maritime Heritage Trust y una parte de Localidad del Cabo. veteranos, puesto que son todos individuos clave que en algún instante estuvieron muy cerca de conseguir los restos
Naufragios insignes de la historia: las 5 catástrofes navales
El siglo XVIII es extensamente reconocido como correspondiente a la histórica pirata Barbanegra (Edward Teach). Este era un barco de esclavos francés tomado por el popular pirata en 1717, quien lo rebautizó como «La venganza de la reina Ana» – La venganza de la reina Ana.
Este barco había estado aterrorizando el Atlántico aguas a lo largo de prácticamente un año, este periodo fue el mucho más exitoso de Barbanegra para sus botas. No obstante, en 1718 se halló con un bajío en Carolina del Norte. Tras encallar el barco, Pub ba Negra lo abandonó y escapó de los británicos.