En tiempos de guerra. Wilhelm Gustloff, transatlántico alemán hundido el 31 de enero de 1945 por un submarino soviético, ocasionando entre 8.800 y 9.300 fallecidos, en su mayor parte asilados, entre ellos varios pequeños. Es el mayor naufragio registrado en la historia.
Desde el instante en que hay navegación, hubo naufragios. Navíos que son devorados por el mar, que duermen la siesta en el fondo de los océanos o que aun desaparecieron sin dejar indicio. Hechos que han ocurrido durante la historia humana, desde el instante en que el hombre empezó a usar las embarcaciones para viajar a otros sitios en pos de nuevos elementos naturales y transporte de mercancías. La historia ahora nos charla de naufragios en temporada fenicia, griega o romana, pero son los de nuestro pasado mucho más reciente los que mayor encontronazo han provocado en la sociedad de la cual formamos parte.
Indudablemente, en el momento en que charlamos de naufragios conocidos, el único barco que pensamos es el Titanic. El transatlántico británico, propiedad de la compañía White Star Line, se hundió en la madrugada del 15 de abril de 1912 con 2.208 personas dentro, entre usuarios y tripulación. Era el barco mucho más grande de todo el mundo y entre los mucho más suntuosos de la temporada, tenía piscina, gimnasio y múltiples comedores y salones de baile dentro suyo. Estas atracciones, que el día de hoy podríamos equiparar a promociones de cruceros y hoteles o aun ofertas en operaciones en línea del campo del juego, mercados o compañías tecnológicas, en tanto que su propósito era exactamente el mismo atraer clientes del servicio, atrajeron a un elevado número de personalidades esenciales de la temporada. . De esta manera, el Titanic contó con ciertas personas mucho más ricas actualmente en su viaje inaugural desde Southampton a Novedosa York, como John Jacob Astor IV, Benjamin Guggenheim, Isidor Strauss y su mujer o Bruce Ismay. Varios de ellos perdieron la vida aquella aciaga noche en que el Titanic chocó contra un iceberg; Solo 705 de las 2.208 personas dentro del barco consiguieron salvarse y ser salvadas de las heladas aguas del Atlántico.
El naufragio alemán que resultó ser peor que el Titanic
El transatlántico alemán «Wilhelm Gustloff», construido en los astilleros Blohm & Voss, sirvió al Tercer Reich desde 1938, a lo largo de la intérvalo de tiempo de la alemania nazi en tiempos de paz. En la Segunda Guerra Mundial, sirvió como barco nodriza submarino, como barco hospital y como transporte de evacuación a lo largo de la Operación Hannibal en el final de la guerra.
El hundimiento de La Herradura, una maniobra errada
La piratería bárbara en el Mediterráneo, apuntada contra los territorios católicos del sur de Europa, provocó en varias oportunidades coaliciones de distintas países . Por servirnos de un ejemplo, España, Sicilia, Nápoles y Génova hicieron una flota de guerra para normalizar esta amenaza y poder abastecer los asentamientos españoles en la costa mediterránea.
En este contexto, para asegurar y abastecer de víveres a la prisión de españa de Orán-Mazalquivir, centro neurálgico de la defensa contra la piratería bárbara, 28 galeras españolas llegaron a Granada en 1562. Frente a la llegada de un temporal , Don Juan de Mendoza, capitán general de las galeras, mandó a las naves a resguardarse en la bahía de La Herradura.