Tras todo, es la mujer la que se marcha de casa para vivir con la familia del hombre.
Rekha Rajagopalan, una maestra de 26 años, ha vivido toda su historia en la localidad de Chennai, al sur de la India. Pero en 2015, en el momento en que se casó, emigró a la ciudad más importante pues allí vivía su marido y su familia.
El deber
En el momento en que ámbas familias admiten el matrimonio, se festeja la celebración de deber. Acostumbra celebrarse en la casa de la novia y lo organiza su familia. Aquí se intercambian anillos y la familia de la novia distribución dinero y joyas a la familia de los novios.
Hay una secuencia de actos rituales que anteceden a la boda a fin de que esta sea un éxito. El Mehndi, una suerte de despedida de soltera donde la novia, su familia y amigos se pintan las manos y los brazos. Para esto usan una pasta lista con polvo de cúrcuma y sándalo o henna. Asimismo se representa el Mehfil, acto en el que familiares y también convidados bailan el ghoomar, un baile clásico en conjunto.
Las bodas hindúes se identifican por su enorme riqueza ceremonial. Simbolismo, música y hermosura para una celebración de tres días, en los que se efectuarán los rituales y bendiciones precisos para elaborar a los novios para la boda inminente.
La boda hindú empieza con el festival Sangeet, en el que las mujeres de las dos familias se reúnen para embellecer y elaborar a la futura novia para recibir al novio en su hogar familiar. Es aquí donde se efectúa el Mehndi, designado a embellecer a la novia, decorando sus extremidades con tintes de henna. Como curiosidad, dentro de estos cuadros está escrito el nombre del novio, quien va a deber procurarlo, como forma de atraer la buena suerte a su matrimonio.