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A lo largo de la extendida presidencia de Hugo Chávez (1999-2013), el gobierno venezolano gastó cientos de millones de dólares americanos en la adquisición de equipo militar de nueva generación, singularmente de la Federación Rusa, para remarcar las fuerzas armadas venezolanas y resguardar al país de agresiones que creía podrían proceder estadounidense o Colombia.
El ejército, la fuerza aérea, la guarda nacional y las entidades paramilitares de Venezuela han recibido un sinnúmero de equipos nuevos, incluyendo el sistema de misiles tierra-aire S-300, helicópteros Mil, aeroplanos de guerra Sukhoi Su-30 y armas pequeñas, pero ninguna armada.
El submarino Belgorod aún está en etapa de prueba
El estudioso Guillermo Pulimentado, experto en defensa en todo el mundo y directivo de la gaceta Ejércitos, coincide en que el proyectil nuclear aún no está ya listo y precisa que tampoco lo está el submarino Belgorod está «completamente operativo para el combate».
«El Poseidón es un arma muy inmadura y por el momento es solo un término», al tiempo que «el Belgorod solo hace pruebas en el mar, no se prepara para realizar un ataque contra la OTAN», afirma en afirmaciones a EFE. .
La fuerza de submarinos de la OTAN en 1991
Hasta 1991 -y desde el desenlace de la Segunda Guerra Mundial-, los integrantes de la Coalición Atlántica trabajaron con el supuesto de un enfrentamiento, aproximadamente inminente y ineludible, contra el poder antagónico del tiempo; la Unión Soviética. Tal enfrentamiento, si bien con clara primacía terrestre, tendría un aspecto naval de ineludible relevancia. La URSS, con una flota basada exactamente en submarinos, iba a amenazar las vitales comunicaciones en el Atlántico Norte entre las naciones aliadas, mientras que procuraba cerrar el ingreso de estas flotas a los mares del norte de Islandia. Para contrarrestar la estrategia soviética, la OTAN había estado construyendo distintas puntos de la guerra ASW a lo largo de décadas. No obstante, su primordial apuesta en el momento de apresar y hundir a sus análogos soviéticos eran los propios submarinos.
Desde el desenlace de la Segunda Guerra Mundial, la inversión en la construcción y diseño de submarinos no paró. Alentados por una inversión pública que comprendió estas entidades como resguardo de su vida física, en el caso de un nuevo combate. De las naciones integrantes de la OTAN, únicamente una de ellas, Bélgica, no había tenido submarinos en su flota a lo largo de varios años por decisión, no por incapacidad financiera. Sencillamente decidió que el papel de su pequeña flota habría de ser la guerra contra las minas. No era mucho más que un caso puntual, en tanto que todas las otras naciones de la Coalición Atlántica tenían submarinos operativos en sus flotas y, lo que es más esencial, sostenían libres esenciales programas de I+D y construcción para reemplazar las entidades entonces en servicio. moderno y capaz.
“Megatorpedo”
Lo que distingue al Belgorod de alguno de los submarinos nucleares de la flota rusa, o de alguno de los submarinos nucleares operados en cualquier lugar de este mundo, es su misión.
TASS notificó que el submarino va a llevar los torpedos Poseidón con aptitud nuclear desarrollandose, que son diseñados para ser lanzados a cientos y cientos de km de distancia y atravesar las defensas ribereñas viajando en todo el lecho marino.