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En la actualidad, ocho submarinos nucleares están hundidos en el fondo de nuestros mares: 2 de la Armada de los EE. UU., 4 de la Armada soviética y 2 de la Armada Ejército ruso. Todos ellos se hundieron gracias a distintos accidentes, salvo el K-27, que se hundió en el mar de Kara en el momento en que se consideró irrealizable su reparación y bastante costoso su desmontaje. Se recobró una parte de ciertos, pero quedó bastante material nuclear en las profundidades.
Esta semana describimos cada uno y las secuelas de su naufragio. El top ten está ordenado según el año en que se perdieron bajo el agua y, como cada semana, te recomendamos que nos dejes tus comentarios o sugerencias.
La flota de submarinos soviéticos en 1991
Es requisito aclarar que en esos años el enorme enemigo a vencer, o cuando menos el primordial a tener en consideración, era la Unión Soviética Flota, cuyo ingrediente ofensivo se encontraba formado exactamente por entidades submarinas de todo género y en enorme número. Una URSS que había mantenido la política de crear un elevado número de submarinos, ahora fuesen submarinos comúnes (SS), submarinos de ataque nuclear (SSN) y submarinos de ataque con misiles nucleares (SSGN).
La Flota Soviética, centrándonos en lo que nos importa, encaró a tres de sus primordiales Flotas contra la OTAN: la Flota del Norte, la Flota del Báltico y la Flota del Mar Negro. Fuerzas de cuenta que se complementaron con una vigorosa Aviación Naval y con sus poco a poco más enormes y modernos conjuntos de área. En lo que se refiere a la composición de sus entidades de submarinos, fue la próxima.
“Megatorpedo”
Lo que distingue al Belgorod de alguno de los submarinos nucleares de la flota rusa, o de alguno de los submarinos nucleares operados en cualquier lugar de este mundo, es su misión.
TASS notificó que el submarino va a llevar los torpedos Poseidón con aptitud nuclear desarrollandose, que son diseñados para ser lanzados a cientos y cientos de km de distancia y atravesar las defensas ribereñas viajando en todo el lecho marino.
Russia Stumbles
De la misma otros muchos altos oficiales, Hodges, que sirvió en Irak y Afganistán, aceptó que «sobreestimó absolutamente la aptitud rusa» y no se percató de la hondura de la corrupción» en las Fuerzas Armadas.
Tampoco comprendió la pobre experiencia operativa del ejército ruso, en tanto que solo el 5% de sus fuerzas luchó en todos y cada uno de los combates en Georgia, Crimea y Siria.