De todos modos no es de este modo, el Sol no se marcha a ningún lado, somos nosotros los que nos ocultamos de él. ¿Sabes por qué razón somos nosotros los que nos ocultamos? Lo que pasa es que la Tierra da muchas vueltas sobre su eje mientras que da un giro cerca del Sol (como un trompo), demorando un día en llenar una vuelta.
65 días de “crepúsculo” prácticamente total. Este es el tiempo que deberán aguardar los pobladores de Utqiaġvik, un pequeño pueblo de Alaska, para regresar a conocer la luz del sol, y todo gracias a una muy larga noche polar. No es una situación sacada de un libro de fantasía o ciencia ficción, no. Es verdadera y tiene una explicación realmente simple.
Utqiaġvik, previamente popular como Barrow y habitado eminentemente por indígenas Iñupiat, está en la zona del radical norte de Alaska. Para encontrarlo en un mapa es suficiente con ir al radical nordoeste del conjunto de naciones americano, lo que nos ofrece un concepto de lo lejos que está del resto de la civilización.
Esta semana, ciertas ciudades del Ártico van a ser presentes del último atardecer de 2021 antes del comienzo de la noche polar.
Cada otoño, los habitantes de Barrow, un pueblo de 4.900 pobladores situado en el radical norte de Alaska, se reúnen el 18 o 19 de noviembre para poder ver el último atardecer del año.
En contraste al atardecer en el resto del globo, esta localidad considerada como entre los asentamientos humanos mucho más septentrionales de todo el mundo se despide de la luz del sol a fines de noviembre, un adiós que dura 66 días, hasta el momento en que llega el sol en el horizonte de nuevo el 23 de enero del año siguiente.
Y los humanos, ¿nos amoldamos asimismo?
Nuestra adaptación no es tan visible como la de otros animales. La mayoría de la población que habita las zonas próximas a los polos de la Tierra se amolda a la luz del sol del verano ahora la noche perpetua del invierno. De esta forma, la sensibilidad a la melatonina, primordial hormona de nuestro ritmo circadiano, cambia según la temporada del año para equilibrar su producción frente al exceso o la carencia de luz.
No obstante, varios pobladores de estas zonas precisan tomar antidepresivos (como el carbonato de litio) en el momento en que llegan los fríos y oscuros inviernos. Esta situación es aún mucho más palpable para los visitantes que llegan a los países norteños, en tanto que no se habitúan a los cambios de luz, acostumbran a sentirse desorientados, despertándose en verano con la sensación de llegar tarde, falta de sueño y sensación de cansancio o agotamiento general. bien difícil de sobrepasar.