Dónde quedó el arca de Noé

En la cuádruple frontera entre Turquía, Armenia, Van a ir y Azerbaiyán, una montaña querida por los historiadores se eleva 5.000 metros sobre el nivel del mar. Según la Biblia, Ararat es el sitio donde embarrancó el Arca de Noé tras el enorme diluvio.

La historia bíblica del Arca de Noé es indudablemente algo que todos conocen. Resumiendo, es una enorme arca de madera, construida por Dios para Noé para albergar a una pareja de todas y cada una de las especies conocidas, tal como a Noé, su mujer y sus tres hijos con sus compañeros. Serviría para salvarlos. del diluvio que Noé dominaría la tierra, que duraría 40 días y 40 noches y que terminaría con una humanidad poco a poco más corrompida. Una vez terminado el diluvio, las especies volverían a poblar la tierra, tal como Noé y su familia comenzarían una exclusiva humanidad

Verdaderamente leemos en la Biblia: > (Gn 6, 14-16) En nuestro sistema métrico , 300 codos equivaldrían a Entre 135 y 274 metros, hay alguna contrariedad en decir su medida precisa pues los historiadores no se ponen en concordancia en lo que sería 1 codo en metros, para los hebreos un codo mediría unos 45cm. Charlaríamos de un barco desarrollado para flotar en vez de andar, pertrechado con un fondo chato.

¿Dónde se encuentra el día de hoy el Arca de Noé?

Un conjunto de estudiosos evangélicos aseveró haber encontrado el Arca de Noé bíblica a una altitud de 4.000 metros en el este de Turquía, según la prensa local. El arca, no obstante, fué objeto de polémica y inquietudes desde el aviso, en 2010, de su supuesta localización. Se estima que ya que la localización del Arca de Noé no está clara, el sitio donde se estima que está el Arca podría ser el Monte Ararat en Turquía. Esta es la teoría mucho más popularizada, si bien todavía existen muchas teorías sobre esto.

Al final, tras ciento cincuenta días, el arca desembarcó en el monte Ararat, y las aguas se aliviaron a lo largo de unos días hasta el momento en que brotaron las cumbres de las montañas. Conque Noé envió un cuervo que «salió, caminó por todos lados hasta el momento en que las aguas se secaron sobre la tierra». Después, Noé y sus hijos salieron del arca para repoblar la tierra. El arca por último desapareció de la Escritura bíblica sin conseguir ninguno de sus sitios. Aún de esta manera, varios piensan que el Arca de Noé está en entre los sitios aguardados, como las montañas de Ararat en Turquía, la zona de Uttarakhand en India, Abarrane en Yemen y la isla de Marchena en El país nipón. Seguidores religiosos y también históricos han viajado a estos sitios para procurar localizar el Arca de Noé, sin éxito. La mayor parte de los eruditos modernos comentan que no es muy probable que esté el Arca de Noé en ninguno de estos sitios.

Encontrando el Arca

El conduzco ruso Vladimir Roskovitski fue quien inició la carrera para conseguir el Arca en el momento en que la vio en un lago helado en 1916, tras lo que el zar Nicolás II, confesó ser fiel y convencido de la superstición, decidió mandar una expedición a Ararat (1917).

Aparentemente, según Poliakov, la expedición zarista halló el Arca, pero los documentos y fotografías que corroboraban el descubrimiento se perdieron tras el caos que prosiguió a la Revolución Bolchevique, se rumorea que por orden de Trotsky.

Hace unos 5.000 años, Noé edificó un arca por orden de Dios para socorrer a su familia del diluvio universal. Transcurrido el tiempo, varios se preguntaron dónde habría embarrancado el barco, pero en este momento un conjunto de científicos responde a el interrogante: el Monte Ararat en Turquía.

Según los estudiosos, hablamos de una composición vieja, estimada en mucho más de 4.400 años. Además de esto, lo que hallaron dentro coincide con lo que se aguardaría del Arca.

La Biblia cuenta en Génesis, su primer libro; que Dios encargó a su siervo Noé que edificara un arca grande donde colocara un macho y una hembra de cada clase.

Los testimonios

En 1274, un hombre mentó la existencia de un elemento extraño en la “montaña mucho más alta de todo el mundo”. Fue el rey Aitone de Armenia quien juró que vio un «extraño objeto negro» en la cima del monte Ararat. Pero no es el único, aun Marco Polo mencionó que halló varios presentes que habrían afirmado la presencia del Arca.

En 1869, un noble inglés llamado James Bryce fue a Ararat y regresó a casa con pruebas tangibles. Recogió un trozo de madera de sobra de un metro de largo. Pero como aún no se había descubierto el sistema de datación por 14 carbonos, el objeto fue descuidado. En el transcurso de un tiempo, las exploraciones se detuvieron hasta el momento en que, en 1936, un joven arqueólogo, Hardwicke Knight, halló gigantes tablones de madera bajo la enorme cubierta de hielo que cubría la montaña. Desde ese instante, en todo el siglo XX, se desataron obsesivas buscas y expediciones en un intento de conocer la presencia real del Arca.