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Por qué hay arena en la playa

La arena que compone las playas es una mezcla de rocas, conchas de moluscos y restos de coral. El viento y los ríos arrastran estos materiales hacia el mar y, con las mareas, de a poco, en un desarrollo que dura centenares de miles o millones de años, se marchan quedando hacia el conjunto de naciones.

Las playas están formadas por sedimentos arrastrados por corrientes y olas.

Y sucede que es tan simple que un mar picado es con la capacidad de desplazar rocas mucho más enormes que uno menos picado, de ahí que unas playas tienen guijarros y otras arena es esa. Si se muestran guijarros en una playa de arena, posiblemente haya habido una marea mucho más fuerte esporádicamente.

¡Hay mucho más de un género de arena!

¿Has sentido que la arena de una playa puede ser un tanto diferente a la que visitaste este verano? Bueno, no andas alucinando, es que de todos modos hay diversos tipos de arena en las playas.

En dependencia de la playa a la que vayas, puedes localizar granos de arena mucho más pequeños o mucho más gruesos; de ahí que en varias playas va a ser mucho más bien difícil crear un castillo de arena. A propósito, asimismo es viable localizar arena de distintas colores.

¿De qué manera se genera la arena?

Transcurrido el tiempo, el sol, la lluvia y los vientos, las rocas y los minerales terminarán reducidos a finas partículas que llamamos arena. Es eminentemente el resultado de la combinación de múltiples elementos metálicos y otros más frecuentes como el oxígeno y el silicio.

Al proceder de rocas, la arena está sosten a estar compuesta por distintos materiales, que dependen de la localización, las condiciones geológicas y el tiempo. Por consiguiente, hay múltiples géneros de arena y aun de esta forma es un factor que no contamina.

Acción humana y arena en las playas

“Si no hubiese acción humana, las playas no perderían arena”, enseña Juan A. Morales González, experto en activa ribereña y vicepresidente de la Sociedad de Geología de España, resaltando la presencia de ciclos naturales de renovación de este elemento que afectan tanto al invierno como al verano.

En verdad, un nuevo ensayo evaluó el encontronazo del temporal Emma en las playas de Huelva y concluyó que las ubicaciones mucho más perjudicadas y que mucho más arena perdieron fueron aquellas donde se edificó un recorrido marítimo. Una construcción que suprimió el cordón de dunas que sirven de depósito natural a la arena. “En el momento en que desaparece el ingreso a ese depósito, las olas no tienen adónde llevar la arena para volver a poner el sistema en estupendas condiciones climáticas”, enseña Morales.

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