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Por qué las islas no sé hunden

Las islas no flotan. La tierra verdaderamente desciende. Una isla se compone eminentemente de rocas, con lo que si no llega en el fondo, ¡se va a hundir! La única salvedad son los icebergs, que flotan, siendo el hielo menos espeso que el agua.

En múltiples entrevistas, los escritores debieron contestar a el interrogante de la isla desierta. ¿Qué libro tomaríamos? La contestación tiende a ser muy similar a nuestro libro preferido de la temporada, optando predominantemente por uno gordito por el hecho de que, ¿qué sería de Pedro Páramo o La metamorfosis tras tres o veintiocho años en la isla de yerras? En cambio, el Quijote, En busca del tiempo perdido, los Ensayos de Montaigne, la Biblia, el Ulises de Joyce, la Ilíada, La guerra y la paz, las Historias de Heródoto y otros libros gorditos son mucho más relecturas.

Se responde para escapar del apuro, pues no es de buena educación mencionarle a un periodista que el interrogante es vieja o enclenque o vulgar o sin interés. En estos días, al paso que la contestación franca podría ser Las mil y una noches o La divina comedia, un escritor podría decantarse por contestar a Jane Eyre o El color púrpura.

Debido al incremento del nivel del mar gracias a la crisis climática, la costa norte de Java, Indonesia, está sumergida por las olas.

Este producto sobre crecidas de agua en Java se publicó inicialmente en Nat Geo. Puedes leer la versión original en inglés aquí.

El cementerio se encontraba situado bajo el lago de Timbulsloko, un pueblo a unos 400 km al este de Yakarta, la ciudad más importante de Indonesia. En los mapas, semeja que la localidad todavía está en la costa norte de Java Central, pero la tierra que la circunda fué cubierta últimamente por el mar de Java.

No hay agua para tomar ni para cultivar

No obstante, este no es el único inconveniente, puesto que el acuífero subterráneo de la isla, que provee de agua bebible a la población, está poco a poco más salinizado. viable sostener los cultivos de los que se nutren sus pobladores.

La intrusión de agua de mar quiere decir que los 12.000 pobladores de Tuvalu ahora dependen del agua de lluvia para tomar y cocinar, al paso que su dieta es dependiente poco a poco más de modelos importados. La comida llega desde el exterior tanto en barco como en avión, merced a la pista de aterrizaje que atraviesa una gran parte del pequeño territorio insular.

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