Saltar al contenido
Inicio » Por qué no hay esqueletos en el Titanic

Por qué no hay esqueletos en el Titanic

Frente a la escasez de líquido de embalsamamiento, múltiples fuentes afirman que Frederick Lardner, el capitán del barco, decidió liberarse de los cuerpos demacrados y de esos pasajeros de tercera clase que no lograron ser determinados de forma rápida.

La caída de una enorme localidad en el corazón del imperio americano. Un viejo símbolo de su poder industrial y del «sueño americano», donde el día de hoy, no obstante, las viviendas se venden por el valor simbólico de un dólar, puesto que absolutamente nadie desea vivir en el silencio inhóspito de los distritos dejados que no tienen luz, agua. , o policía, no hay academias. Partes enteras de la región fallecieron. Otros se mueren. Otros subsisten, pero lo hacen rodeados por un creciente pantano de terrenos baldíos y calles descuidadas. Exactamente la misma el cráneo de Hamlet, el esqueleto pulimentado de Detroit nos mira con la sonrisa sardónica de los fallecidos, tal y como si afirmara «¡No lo tomen a mal amigos, o sea la economía de mercado!».

La prensa en todo el mundo transporta años deleitándose con lo sucedido en la localidad mucho más grande de Michigan, y nosotros no podíamos ser menos, puesto que el ocaso de Detroit es un fenómeno impresionante. Trágico, indudablemente, pero impresionante. Primeramente, por las imágenes que producía, eminentemente con apariencia de «bodegones» arquitectónicos. Estas fotografías atrajeron los ojos de todo el mundo hacia una localidad que había estado degenerando tranquilamente a lo largo de décadas. Tiempo atrás ocasionó alguna influencia un producto de la gaceta Time en el que 2 fotógrafos franceses –Yves Marchand y Romain Meffre, que asimismo han publicado un libro llamado Ruins of Detroit– repasaban ciertos rincones muy representativos de la caída de la región. Vimos estaciones de ferrocarril, salas, consultorios de dentistas, teatros, polígonos industriales, áreas de trabajo, bibliotecas… todos sitios que en este momento están vacíos, astillados por el tiempo y sumidos en el caos entrópico. Un espectáculo espectral de elementos rutinarios que absolutamente nadie usará, de pequeños extractos de civilización que se perdieron y que absolutamente nadie sabe de qué forma recobrar. Son situaciones que se repiten constantemente en frente de entre las ciudades mucho más enormes de USA. UU. No hablamos de personas ignoradas pues andan por ahí problemas y también incómodas, no, en ocasiones lo semeja por el hecho de que se muestran rodeadas de nada. Varios de los casos mucho más sensacionales de infraestructura grande y obsoleta están exactamente en el corazón de Detroit. Niveles que podrían formar parte a una película de ciencia ficción apocalíptica, pero que existen y se adentran en lo que en algún momento fue entre las metrópolis mucho más esenciales de todo el mundo, buque insignia de la eficaz creación de riqueza del sistema. En este momento esa bandera prosigue ondeando al viento, pero mucho más como un harapo descuidado que se convirtió en fuente de rubor para los profetas del «nada puede salir mal». En lo personal, lo que mucho más me impresionó fue la cita de un vecino de Detroit que se encontraba recogiendo un producto: “En el momento en que nos mudamos aquí hace diez años, le dije a mi mujer que volvería a fumar. Todo era tan apocalíptico que sentí la necesidad de regresar a caer en los viejos hábitos. Es de este modo como una localidad puede fallecer.

Una tortuga y su huevo en Pompeya

Los arqueólogos han encontrado los restos de una tortuga terrestre, con su frágil huevo encerrado en su caparazón, en una tienda en Vía dell’Abbondanza en el ubicación de Pompeya.

El descubrimiento es una prueba del extendido ecosistema de Pompeya, compuesto por restos naturales y no solo artificiales, y una importante pista arqueológica de la última etapa de la vida de la región, tras un fuerte terremoto en el año 62 y antes de la nefasta erupción del 79.

¿Prosiguen chocando los cruceros contra los icebergs?

Más allá de que la mayor parte de los cruceros no se aproximan a áreas donde el hielo es un inconveniente, los capitanes aún tienen que tener precaución, afirma Wellmeier. “Deben estar en guarda como navíos que cruzan el Atlántico Norte. Tuviste icebergs en 1912 y todavía tienes icebergs en 2012″.

Contestación. Contestación: No hay una contestación determinante, pero probablemente se habría hundido de todas formas. En el momento en que golpeas un iceberg, el barco bajo el agua se va a hundir. Golpea el iceberg antes que el barco sobre la línea de flotación, desviándolo de su curso, no como chocar de frente con una pared de ladrillos

.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *