La Luz de Cristo es la energía, poder o predominación divina que viene de Dios mediante Cristo y da vida y luz a todas y cada una de las cosas. La Luz de Cristo influye para bien en la vida de la gente y las prepara para recibir el Espíritu Beato.
Dios, siendo omnipresente y omnisapiente, te creó a fin de que reflejaras su luz.
Entre los inconvenientes de varios cristianos es que tienen el corazón embrutecido y perdieron la sensibilidad por las ánimas. Algo mucho más lamentables es que hay personas que no dejan salir solo una palabra de su boca para hablarles a otros del Señor. Si andas el día de hoy aquí es por el hecho de que alguien se esmeró por hablarte del Señor y cultivar una Palabra en tu vida. Lo mínimo que tienes que realizar es abonar a el resto con exactamente la misma felicidad que recibiste de otra persona. El Señor ha dicho: Te bendeciré y vas a ser una bendición; No puedes vivir deseando ser bendecido, y no ponerte en la situación de ser útil en algo y bendecir a otros con lo que recibiste por felicidad.
De qué manera caminar hacia la luz de Dios
Es posible que estés pasando por una época de la vida donde te sientes estancado, no tienes idea a dónde vas ni qué haces con tu vida. Quizás solo pasas por la rutina día a día. Si te sientes atrapado en la obscuridad y precisas hallar la luz de Dios, aquí existen algunas cosas que puedes realizar:
Deja de realizar lo mismo todos y cada uno de los días. Sal de tu rutina y haz algo nuevo, así sea proceder a una clase de deportes o estudiar en un café diferente. Intente llevar a cabo algo para cambiar su rutina habitual. Sal de tu rutina día tras día y haz algo que te traiga mucho más alegría. Sal y dedica tu tiempo a llevar a cabo lo que disfrutas y llevar a cabo algo por ti, algo que le dé mucho más luz a tu vida, pero jamás olvides ofrecerle a Dios todos tus instantes y darle las gracias.
El enlucido del altar en el monte Ebal
Dios dio un orden particular a Moisés ahora el resto jubilados del pueblo de Israel. Tenía que ver con cumplir sus mandamientos, que estaban escritos con la técnica del enlucido y cal sobre enormes piedras. Era esencial llevar a cabo esto tras atravesar el Jordán y ingresar en la tierra que Jehová les había prometido.
No obstante, el arreglo de rocas remolcadas donde se iba a plasmar el mensaje se encontraba en el monte Ebal. Allí mismo, se edificaría un altar de piedras enteras para venerar al Señor, y al tiempo, los pobladores deberían abrasar ofrendas de comunión y sacrificios.
Viejo Testamento
Es importante que la primera cosa que Dios hace existir en el momento en que crea el cielo y la tierra es exactamente la luz, separándola de las tinieblas. «Dios ha dicho: ‘Hágase la luz’. Y se realizó la luz. Vio Dios que la luz era buena» (Gn 1, 3-4). La luz es la primera cosa que Dios afirma que es bueno en el planeta, antes de hacer el resto de cosas.La luz se identifica con el bien, la vida y la hermosura; la obscuridad, con el mal, la desaparición y la informe.
Los cánticos mencionan de manera continua a la luz como el atributo divino preponderante que nos ofrece la alegría, al tiempo que su sepa, la obscuridad, deja al hombre sumido en la desesperación: “¿Quién nos va a hacer ver la alegría, si la luz de tu rostro se fué de nosotros?” (Sal 4, 7). aflora de él como consuelo para los hombres se hace explícito: «Tu luz nos hace ver la luz» (Sal 36,diez). Estaríamos siempre y en todo momento en tinieblas y por consiguiente seríamos miserables. Pero: «La luz reluce para los justos» (Sal 36,diez). 97, 11); quien quiere al Señor es iluminado por Él, no con la luz natural del sol, que alumbra a todo hombre, justo o injusto o, pero con una luz interior particular.
Mucho más que felicidad
La verdad, lo que observamos, lo que verdaderamente pasa, nos puede perturbar, pero pues conocemos la felicidad de Dios, sentimos Su paz. Esa extraordinaria paz que excede todo comprensión. De ahí que es requisito buscar esa luz que nos ofrece su felicidad.
Es la asistencia y la fuerza que nos llega en el momento en que la requerimos. Es una fuerza que nos deja poder cosas si le solicitamos contribuye a Dios. Salgamos de la obscuridad del pasado. El pasado por el momento no existe. Estemos en el presente, gozando de la felicidad de Dios.