El corsario, en cambio, era un marinero privado contratado y respaldado por un estado en guerra para infligir daño al comercio enemigo y ocasionar el mayor daño viable a sus pertenencias. Aceptó las leyes y prácticas de la guerra y ofreció una garantía como señal de que respetaría las ordenanzas de su monarca.
En todo el siglo XVIII y una parte del XIX, ser corsario en España se transformó en un enorme negocio. La crisis comercial con las Colonias de Ultramar y las guerras con Inglaterra los forzaron a buscar elecciones para producir capital. Fue tal como mercaderes y hombres de negocios de toda Galicia se embarcaron en la aventura de atrapar navíos mercantes contrincantes amparados por la Carta de Marqué, concedida por Su Majestad. Para comprender la intensidad del episodio corsario en Galicia solo es necesario un número: 424. Estas fueron las naves oponentes que los corsarios gallegos atraparon en un solo año, 1799.
“El Osado”, “El Osado”, “El Veloz” o “El Audaz” eran varios de los fantásticos apodos de los legendarios navíos corsarios que atravesaban las rías gallegas, y que transformaron a Vigo y A Coruña en entre las bases corsarias mucho más temidas de toda Europa. De este modo sembró el temor y el terror el corsario Galicia en el Océano Atlántico. Y todo comenzó por una oreja.
¿Dónde hay piratas?
Hoy en dia, los asaltos piratas de los que oirás charlar acostumbran a celebrarse en África occidental, el golfo de Adén y el mar de China Meridional, a pesar de que los de la costa de Somalia son considerablemente más populares. En 2019, por servirnos de un ejemplo, un buque mercante secuestrado por piratas en el golfo de Guinea fue salvado por la patrullera Serviola.
¿Cuál era la diferencia entre bucaneros y obstruccionistas?
¿Qué debiste llevar a cabo para ser corsario?
La gente que deseen ocuparse al corso van a deber, primeramente, dirigirse al Comandante Militar de la Armada de la provincia de procedencia.
Allí se va a hacer constar frente notario la embarcación a que iba designado, su tamaño, armamento y pertrechos, tal como su dotación y las garantías prestadas para garantizar la buena conducta de conformidad con las Ordenanzas (la el valor de la garantía podía llegar, según las situaciones, a sesenta mil reales de vellón), y asegurar que no cometerían corso contra barcos de naciones que no estuvieran en guerra con España.