La mayor parte de los peces tienen múltiples aletas para nadar. Emplean ciertos para impulsarse a través del agua y otros para asesorar sus cuerpos mientras que nadan. Los peces tienen un sistema de músculos para desplazarse. La contracción muscular forma ondas que recorren el cuerpo desde la cabeza hasta la cola.
Pez piedra: el mucho más venenoso de todos
En las aguas tibias de todo el mundo, singularmente en el Caribe, el Pacífico y las costas de Florida, hay un animal llamado pez piedra que resulta ser la mucho más venenosa de todas y cada una de las criaturas de su tipo. Tanto es conque una de sus mordeduras puede llegar a matar a un humano adulto. Este pez se mimetiza con el fondo del mar, de ahí su nombre. En la mayoría de los casos, no agrede si no está conminado en su ambiente, lo que frecuenta ocurrir en el momento en que un individuo pasea por la playa precisamente donde está. El veneno de este animal se anula con agua ardiente a mucho más de 110º C.
Los tiburones martillo son únicos no solo por su forma excepcional, sino más bien asimismo por sus hábitos sociales. Viajan en manadas de precisamente 500 individuos, llevando una hembra dominante en el centro. En el momento en que precisa aparearse, golpea a sus compañeros con la cabeza y la cola a fin de que el conjunto se abra y los machos logren cortejarla. La hembra trae al planeta una camada de 12 a 15 crías, que se quedan al lado del conjunto hasta el momento en que tienen la posibilidad de valerse por sí mismas.
Los peces duermen
Los peces, como los que nos encontramos familiarizados a conocer en los acuarios, jamás cierran los ojos y esto puede hacernos meditar que no están durmiendo. No obstante, esto hay que únicamente a una característica anatómica, puesto que no tienen párpados.
Todos y cada uno de los animales, desde los organismos unicelulares hasta los mucho más evolucionados como los humanos, precisan reposar. Este es el instante de reposo neuronal en el que se cargan las energías para continuar con el día a día. Por ende, los peces no son menos y asimismo duermen, pero de una manera muy distinta a la de los humanos.
¿Cuántos lobos ibéricos quedan en España?
Hoy en día, la población de lobo ibérico está en una visión efectiva, pasando de menos de 300 ejemplares en los años setenta a mucho más de 2.500 hoy en dia. Hablamos de un logro indiscutible y muy positivo, pero que asimismo hay que ver con precaución, puesto que no es una cantidad exorbitante y hay que proseguir capitalizando en su conservación. No obstante, y como señala nuestra Odile, no debemos desatender otras caracteristicas de su conservación por el hecho de que poseemos la mirada fija de forma exclusiva en la extensión de la clase, y si bien sabe que es un término tabú, relata el “control mortal”, defendiendo que en ciertas situaciones es requisito hacer esta práctica para conciliar, en lo posible, la convivencia entre la conservación del lobo ibérico y la permanencia de la ganadería extensiva y clásico.
De todas maneras, Odile festeja victorias similares con este suceso. Dado que el lobo ibérico haya pasado a ser considerado una clase cuidada y el indiscutible incremento de ejemplares en la Península en los últimos cincuenta años son fundamentos de más para alegrarse, pero tengamos en cuenta que no tenemos la posibilidad de dormirnos en los lauros y que es requisito detallar una sociedad activa y congruente que resguarde a las dos partes.
Respiración branquial
Para respirar en el agua, donde se disuelve el aire (y el oxígeno), los peces usan órganos particulares llamados branquias. Son construcciones laminares finísimas y muy vascularizadas, agrupadas en arcos óseos.
En estas láminas branquiales se genera el trueque de gases, que es a contracorriente, puesto que allí circula en sentido opuesto al agua, lo que optima la difusión capilar del oxígeno diluido. Ciertos peces asimismo tienen branquias ajenas, que surgen a los dos lados del cuello.
¿De qué manera duermen los peces?
Los peces no tienen párpados, con lo que duermen con los ojos libres. Tienen una membrana que cubre sus ojos, impidiendo que la luz los atraviese y eludiendo que el sueño se interrumpa. Mientras que los peces duermen, mueven sus aletas muy poco a poco para estabilizarse en el agua y siempre y en todo momento están alarma frente cualquier riesgo.
En contraste al sueño humano, los peces jamás caen en un sueño profundo. Lo que quiere decir que no tienen la aptitud de hundirse en la etapa REM, pues aun descansados, procuran protegerse. La razón por la cual se estima que esto pasa, como enseñamos en el articulo sobre las fases del sueño, es por el hecho de que a lo largo de la etapa REM, el cerebro se desconecta del cuerpo, dejándolo absolutamente inmóvil. Y o sea algo que los peces no tienen la posibilidad de posibilitarse.