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Qué hizo Jesús con los peces

Jesús tomó los panes y los peces, alabó a Dios y ordenó a los acólitos que los repartiesen entre la multitud. No, no repartieron cinco panes y 2 peces; en verdad, Jesús multiplicó prodigiosamente estas provisiones, y en el final, ¡habían sobrado hasta 12 canastas repletas de comida!

Evangelio: Mt 14, 13-21 En aquel tiempo, en el momento en que Jesús se enteró de la desaparición de Juan el Bautista, Jesús salió en una barca a un espacio desierto para estar solo. Tan rápido como la multitud se enteró, salieron de las ciudades y lo prosiguieron caminando. Al desembarcar, Jesús vio una enorme multitud y, teniendo compasión de ellos, curó a los enfermos. Al ponerse el sol, los acólitos se le aproximaron y le afirmaron: “Este es un espacio desierto y se hace tarde; despide a la multitud, a fin de que vayan a las ciudades a obtener alimentos. Pero Jesús les ha dicho: «No deben irse, aliméntenlos ustedes mismos». Ellos respondieron: «Aquí poseemos solo cinco panes y 2 peces». «Tráiganmelos aquí», les ha dicho. Y tras organizar a la multitud que se sentara sobre la yerba, tomó los cinco panes y los 2 peces, levantó los ojos al cielo, pronunció la bendición, partió los panes, se los dio a sus acólitos y ellos los repartieron entre la multitud. Todos consumieron hasta saciarse y con los trozos que sobraron llenaron 12 canastas. Los que consumieron fueron como cinco mil hombres, sin contar las mujeres y los pequeños.

Fruto: Dale a Dios mis 2 panes y mis cinco peces a fin de que los multiplique y de este modo de testimonio de su amor.

Fecha del milagro

Es el relato de Juan que detalla que el milagro se causó antes de la segunda Pascua de la vida pública de Jesús (la Pascua se festeja en la primera luna llena de primavera, en el mes de marzo- abril), y eso probablemente lo ubica en la primavera del 29 d. C., un año antes de su muerte.

¿Qué trataba Jesús de multiplicar los panes y los peces?

El día de hoy estamos prácticamente en la mitad del Evangelio según San Mateo. Esta historia aparece como una situación casual no sosprechada por Jesús ni por sus acólitos. Supuestamente, la intención del Señor es llevar a Sus acólitos a un espacio apartado, lejos de las multitudes. No obstante, observando por dónde iba el Señor en su barca, lo prosiguieron por tierra.

La intención de Jesús no se ajusta a lo que se espera y su reacción es “compadecerse” de ellos y sanar a los enfermos. En exactamente la misma visión sensible está la acción de multiplicar los panes y los peces. Antes de eso, está la iniciativa de los acólitos de despedir a la multitud a fin de que procuren comida en los aledaños. La contestación de Jesús fue: «No es requisito despedirlos, proporcionarles de comer».

Olvidándose de sí, Cristo se preocupa por el resto

13b En el momento en que la multitud se enteró de esto, lo prosiguieron por tierra desde las ciudades. 14 Al desembarcar, Jesús vio una multitud, tuvo compasión de ellos y curó a los enfermos.

Llenos de admiración por la realidad, amabilidad y hermosura que manaba del Profesor, la multitud lo proseguía sin intranquilidades banales, movidos por el deseo de vivir con él, oír sus enseñanzas y presenciar sus milagros. Han recibido gracias inefables de consuelo y furor, a fin de que no midieran distancias ni sacrificios. Esta vez, se desplazaron apuradamente caminando por la orilla del mar de Galilea, mientras que Jesús hacía el camino en una barca para lograr aislarse un tanto.

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