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Qué pasa cuando se come mucho pescado

Optimización tu salud cardiovascular Es abundante en Omega 3 y además de esto, tanto el pescado blanco como el azul resguardan la salud de nuestro corazón. Por una parte, prácticamente no poseen grasa, pero por otra parte, la grasa azul es ventajosa para la salud cardiovascular, en tanto que tiene dentro ácidos grasos poliinsaturados.

Los comerciantes de mariscos hicieron todo lo que resulta posible para persuadirnos de que la carne grasosa y cargada de químicos del pescado de alguna forma califica como alimento saludable. Pero en un examen mucho más detenido, esta afirmación es bastante sospechosa. Aquí hay siete causas por las que el mito del «pez sano» está inundado.

1. La Pirámide Alimentaria No Tiene dentro Mercurio

Valor Sobre nutrición

Todos y cada uno de los pescados son ricos en nutrientes; en especial proteínas, niacina, vitamina B12, zinc y magnesio, entre otros muchos. El bacalao, el eglefino, el salmón, las sardinas y el pez espada son en especial ricos en vitaminas A y D. Además de esto, el salmón envasado y las espinas de sardina son una increíble fuente de calcio.

Los peces son una rica fuente de proteínas pues tienen una enorme masa muscular en un esqueleto considerablemente más pequeño que los animales terrestres. Opuestamente a la creencia habitual, no es siempre cierto que cuanto mucho más obscura es la carne del pescado, mayor es el contenido de grasa. El color obscuro hay que a la existencia de mioglobina, un pigmento que guarda oxígeno en los músculos. El salmón y la trucha consiguen su color rosado de la astaxantina, un pigmento carotenoide derivado de los insectos y crustáceos de los que se nutren.

¿De qué manera entra el mercurio en la cadena alimenticia?

La OMS enseña que el mercurio padece transformaciones complicadas en el medioambiente y está en las redes alimenticias, en especial en los medios acuáticos. Cuanto mucho más viejo es el pescado, mayor es su concentración de metilmercurio.

Además de esto, se biomagnifica, o sea, cuanto mucho más arriba está el organismo en la cadena alimenticia, mayor es su concentración de metilmercurio. En consecuencia, es mucho más posible que los peces predadores enormes contengan mucha cantidad de metilmercurio, a pesar de que los peces pequeños asimismo tienen la posibilidad de tener mucha cantidad de mercurio en áreas especialmente contaminadas.

¿Tenemos la posibilidad de realizar algo para achicar el peligro?

Por suerte, sí. No todos y cada uno de los peces son peligrosos y el tamaño importa. Los contaminantes tienden a acumularse en los peces mucho más enormes en la parte de abajo de la cadena alimenticia. Por tal razón, se descubrió que las mamás inuit que comen carne de ballena y foca tienen escenarios superiores de PCB en la leche de la mamá. Por este motivo, debemos achicar, o eludir, el consumo de pescados como el atún, el pez espada, la lubina, el besugo, el fletán y el rodaballo.

Por otra parte, los pescados grasos como las anchoas, la caballa y la trucha, tal como los pescados blancos como el carbonero y la merluza muestran escenarios mucho más bajos de contaminantes. El procedimiento de cocción asimismo puede defendernos. Los bifenilos policlorados se concentran en el hígado y la grasa, con lo que es conveniente quitarles la piel y cocinarlos a la parrilla.

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