?Te aviso?, ?Lo reviso con tranquilidad?, ?Te llamo entonces? o ?permíteme pensarlo?, son ciertas fórmulas tradicionales para expresar un negativo indirecto.
La activa bajista de la última semana, aun vertical en sus caídas, de IAG (Iberia) le separó del podio del Ibex, pero en el Top5 del selectivo español. Sus recortes del 6,5% después del aviso de la adquisición de Air Europa el día previo, al cierre del mercado y la frustrada expectativa del dividendo, entre otros muchos, le valieron recortes del 6,51% que, por ahora, no podía por sobrepasar, si bien sus adelantos cada un año rondan el 25,7%.
La situacion opuesto lo hemos visto en los hoteles Meliá, que se instalaron en la segunda situación de un Ibex poco a poco más competitivo, en el que los enormes bancos, Banco Santander y BBVA, ejercitan una fuerte presión. Sin embargo, la cadena hotelera explota sus desenlaces para sostener ganancias del 4,2% en 2 sesiones y situarse a 2 pasos de sus máximos cada un año, con ganancias desde principios de 2023 del 38,8%.
Rigurosamente discriminada por ser mujer
Las causas de este fenómeno se han analizado desde 2 perspectivas. El primero es la discriminación extensamente documentada en el mercado de trabajo, que sucede en el momento en que 2 trabajadores con idéntica eficacia reciben diferente salario solo por su sexo. Un caso de muestra popular es el estudio que examinó las audiciones para escoger músicos en orquestas en los USA. Las mujeres tenían muchas menos posibilidades de ser escogidas, salvo en las situaciones en que la identidad (y el género) de los solicitantes a músicos se escondía tras un display. Este doble estándar en la evaluación del desempeño laboral de las mujeres asimismo se ha documentado en otras ocupaciones, como maestras y expertos corporativas. Además de esto, se halló prueba de discriminación al instante de la contratación: por servirnos de un ejemplo, en estudios afines en Perú y Francia, los estudiosos mandaron currículos falsos que eran idénticos salvo por el género del solicitante y hallaron que, en el momento en que era hombre, la posibilidad de que un candidato respondiera empleador era mucho más grande.
Un segundo conjunto de estudios se centró en los patrones sicológicos que tienen la posibilidad de perjudicar al mercado de trabajo. Varios ensayos detallan que las mujeres son mucho más reluctantes al peligro, tienen una menor prioridad por los ámbitos confrontados y es menos posible que sobrestimen sus capacidades que los hombres. Esto podría perjudicar su trayectoria profesional si, por servirnos de un ejemplo, es menos posible que negocien ofertas, algo que se está empezando a examinar. La prueba apunta a que estas diferencias en los patrones sicológicos no se tienen que solo a puntos biológicos, sino más bien asimismo a reglas sociales que edifican identidades. Por servirnos de un ejemplo, existe prueba de que las pequeñas, gracias a su identidad de género, tienen la posibilidad de opinar que son menos capaces que los hombres para efectuar tareas académicas y asumir permisos de liderazgo. Y esos estereotipos tienen la posibilidad de transformarse en premoniciones autocumplidas: si una chavala piensa que las matemáticas son para los chicos, posiblemente no se esmere en la clase de cálculo o escoja ser ingeniera.
«Gozemos el instante».
Por supuesto te lo afirma en los instantes de privacidad, en el momento en que te pones romántico tras la cita.
* Todo cuanto busca es diversión sin ataduras.