Pero en el momento en que la joven besa al sapo para romper el hechizo del que fue víctima, el beso transforma a Tiana en un sapo, conque juntos recorren el pantano en pos de algo que los vuelva humanos. La estrella de Broadway Anika Noni Rose va a hacer la voz de Tiana.
Es una verdad muy conocida (cuando menos en el planeta de las novelas para chicas y las gacetas de masas dirigidas a mujeres) que para conseguir el cariño hay que besarse antes que varios, varios sapos. Gracias a todas y cada una estas ranas, uno ocasionalmente se transformará en el cariño verdadero y el apuesto y atrayente príncipe azul emergerá de la piel escurridiza del batracio. La culpa de esta máxima que varios dan por sentada la tiene un cuento de hadas, el del Príncipe Rana, asimismo popular como El Rey Rana o Enrique el Hierro.
El príncipe rana: la princesa y la rana
Había una vez una princesa. Varios pretendientes llegaron al palacio para ganar su mano en matrimonio, pero a la princesa le dio la sensación de que cada uno la miraba sin verdaderamente verla. «Actúan tal y como si no hubiese solamente en una princesa que su bella corona y sus vestidos reales», se ha dicho a sí con el ceño fruncido. Una tarde, tras una de estas visitas, la princesa pensó: «En ocasiones quisiese ser de nuevo pequeña». Halló su pelota preferida de la niñez, la que relucía en el momento en que la lanzaba hacia el sol. Llevó la pelota al patio del palacio y la lanzó cada vez más y más prominente. Una vez tiró bastante prominente y en el momento en que corrió para apresar la pelota, tropezó con el tocón de un árbol. ¡La pelota cayó y aterrizó de forma directa en el foso real! Corrió para apresar su pelota antes que cayese bastante, pero en el momento en que llegó allí, por el momento no podía verla en el agua. «¡Oh no!» ella gimió, «¡O sea horrible!» En ese instante, una pequeña rana verde asomó la cabeza sobre el agua. «Quizás logre guiarte», ha dicho la rana. “Sí”, ha dicho la princesa. «¡Por favor, toma mi pelota!» “No hay inconveniente”, ha dicho Rana. Pero primero hay algo que debo solicitarte. «¿Qué deseas decir?» ha dicho la princesa. «Es a fin de que pases tiempo conmigo el día de hoy», ha dicho la rana. «No estoy segura de comprender lo que eso significa», ha dicho la princesa. “Solo pasa algo de tiempo conmigo el día de hoy”, repitió la rana. “¡Realmente bien entonces, realmente bien!” ha dicho la princesa. «¡En este momento por favor toma mi pelota!» «Estoy en eso», ha dicho la rana. Se zambulló intensamente en el pozo. Unos instantes después, apareció con la pelota en prominente en una mano. “Gracias,” ha dicho la princesa, tomándolo. Ella se volvió para irse. «¡Espera un minuto!» ha dicho la Rana. «¡Prometiste pasar tiempo conmigo el día de hoy!» «Ahora lo hice», ha dicho encogiéndose de hombros. Y la princesa volvió al palacio. Esa noche, en la cena con su familia y los consejeros reales, llamaron a la puerta. El sirviente abrió la puerta y no vio a absolutamente nadie allí. Sapo, parado, se aclaró la garganta. «La princesa prometió pasar tiempo conmigo el día de hoy», ha dicho la rana tan fuerte como ha podido. «Conque aquí estoy.» «¡Hija!» ha dicho el Rey desde el otro lado de la mesa. «¿Prometiste pasar tiempo con este Toad como él afirma?» “Aproximadamente”, ha dicho la princesa. Tras una pausa, añadió: «Oh, realmente bien, pasa». Los sirvientes prepararon de manera rápida un nuevo rincón para el Sapo, y brincó a la mesa del comedor real. La charla se transformó en un tema de preocupación en el reino. Ninguno de los consejeros reales sabía qué realizar. «Padre, si me dejas», ha dicho la princesa. «Quizás podríamos-» «¡Prominente!» —ha dicho el Rey, interrumpiéndola. “Tengo suficientes aconsejes, créanme”. «Si me dejas», ha dicho la Rana, y era la primera oportunidad que charlaba en la mesa. La princesa miró a la rana. ¿De qué manera podría esta pequeña rana, mucho más que absolutamente nadie, comprender determinada cosa? Tras la cena, la rana se inclinó frente a la princesa. Él ha dicho: “Hiciste lo que afirmaste que harías. Pienso que en este momento es el instante de irme». «¡No aguardes!», Ha dicho la princesa, «no es bastante tarde. ¿Qué tal un recorrido por el jardín? La Rana se encontraba encantada. Los 2 anduvieron por el jardín real, la Rana saltando durante la pared de piedra a fin de que él y la Princesa estuviesen al mismo nivel y tengan la posibilidad de charlar con sencillez. Se reían de varias cosas. Después, en el momento en que el sol se puso, admiraron el colorado rosado profundo que proyectaba en el cielo. La princesa ha dicho: «Sabes, estar contigo esta noche fue considerablemente más entretenido de lo que creía». «Yo asimismo me divertí bastante», ha dicho la rana. «¿Quién afirmaría?», ha dicho la princesa con una sonrisa. Se inclinó hacia enfrente. y besó a la rana delicadamente en la mejilla. mejilla. Al tiempo, hubo una bocanada de nubes y humo. ¡La pequeña rana verde se había transformado en un joven príncipe! La princesa brincó hacia atrás asombrada, ¿y quién podría culparla? El El príncipe velozmente le mencionó que no entrara en pavor, que se preocupara, que todo se encontraba bien, años antes, una maligna hechicera le había lanzado un hechizo para llevarlo a cabo fallecer. conducir una rana hasta ser besada por una princesa. La hechicera soltó una risa maligna y ha dicho: «¡Tal y como si ESO hubiese pasado en algún momento!» ¡Pero pasó! En este momento el príncipe y la princesa podrían conocerse mejor. Años después, tras casarse, hicieron un precioso telón de fondo para el baile y lo pusieron en su mesa real. Y en el momento en que la luz del sol entraba a raudales por las ventanas del palacio, la bola relucía a fin de que todos la puedan ver.
EL FIN