Mientras que los esenios eran una red social elitista, para los seleccionados sin defectos y con temor a la sexualidad, los seguidores de Jesús eran un puñado de incultos que abrazaban todo cuanto la sociedad rechazaba y no desdeñaba, las alegrías de vivir.
La Pasión de Cristo (2004). Imagen: Icono Producciones.
(Viene de la segunda parte)
El secreto de la Última Cena de Jesús
El apóstol Juan afirma que Jesús murió mientras que se sacrificaban los corderos, o sea, en la víspera de la Pascua, con lo que no ha podido cenar.
Esta aparente contradicción parecía irremediable hasta hace unos años, en el momento en que los exegetas creían que el apóstol Juan no había escrito la fecha de la desaparición de Jesús, sino anunciaba una fecha completamente simbólica para realizar aún mucho más visible una verdad. profundo, que Jesús es el nuevo y genuino cordero.
Preparativos para la Pascua «Esenia»
El primero de los días de los panes sin levadura, los acólitos se aproximaron a Jesús y le preguntaron: –¿Dónde deseas que te preparemos para comer la Pascua? Él les respondió: – Id a la localidad, fulano de semejante, y decidle: El Profesor afirma: Mi hora está cerca; en tu casa celebraré la Pascua con mis acólitos. Los acólitos hicieron lo que Jesús mandó y prepararon la Pascua.
Este cuento es un especial ejemplo de la carencia de interés de Mateo por los datos, hasta el punto de transformarse en un secreto. ¿Quién es fulano de semejante? ¿De qué manera lo hallan? ¿Van a ir todos y cada uno de los acólitos a él y van a preparar la Pascua? Quizás esto se deba a que Marcos lo cuenta tal y como si fuera una novela de espionaje: solo 2 acólitos van y tienen que proseguir a un hombre con un cántaro de agua hasta la vivienda donde entra; allí hallarás al dueño.
Un conjunto riguroso
Flavio Josefo sabía que los esenios se distinguían por sostener a toda costa 4 puntos: la purificación del Templo, el cobro de los diezmos para los levitas, la prohibición de matrimonios mixtos y reglas detalladas sobre el reposo sabatino. El conjunto de Qumran fue en especial riguroso en la cuestión de las purificaciones: ellos, que se consideraban «hijos de la luz», no podían permitir nada impuro en el Templo y en la localidad de Jerusalén. De ahí que se opusieron a las anomalías introducidas: los ritos no guardaban el período festivo y el calendario fijado y revelado por Dios; El trigo de los gentiles y las pieles de animales repulsivos se llevaban al Templo…
Los rigurosos requisitos que llevaron a varios esenios a separarse de sus conciudadanos y retirarse al desierto siguiendo las ordenes del «Profesor de Justicia» fueron recogidos en una carta halájica famosa como Miqsat Ma’aseh ha-torah o «Ciertos Preceptos de la Ley». Hablamos de prescripciones detalladas sobre la pureza jurídica, que en decisión correcta asimismo están contenidas en otros documentos como el Temple Roll o el Community Rule.