La carne de rana tiene un gusto neutro, lo que para muchos puede ser una desventaja, pero solamente lejos de la verdad. Y sucede que su frágil textura combinada con su despacio gusto dan sitio a inmensidad de elecciones de cocina.
En ciertos países se le llama “El Guasón”; pero su nombre universal es el de «Joker», el archienemigo de Batman. En todo caso, y aparte de ser el comodín de la baraja inglesa, es un término que se emplea en el momento en que no entendemos determinar precisamente algo. Por servirnos de un ejemplo: en la gastronomía. Aquí ese papel lo juega el pollo, el pollo de granja común de nuestros días, un alimento popular en todo el mundo y, por consiguiente, un líder: en el momento en que mencionamos que algo sabe a pollo, todos nos comprendemos. Tanto es conque atribuimos su gusto a todo cuanto sabe a algo que no somos capaces de detallar o detectar. Seguramente todos conocéis a alguien que en algún momento les mencionó que se comió un cocodrilo o una pitón. Si aún no lo probaste, desearás entender de qué manera es. Estoy seguramente en un porcentaje altísimo tu amigo afirmará «pollo». No es verdad; pero es simple En el momento en que era pequeño, había una cosa que la multitud ineludiblemente atribuía al gusto del pollo: las ancas de rana, un manjar que a bastante gente les aterra comer, que no comprenden de qué forma alguien puede comerse las patas traseras de la famosa rana. Para mí, una delicia. Pero no tienen idea a pollo. Las ancas de rana saben a eso que les pones. En Castilla se acostumbran a elaborar con una buenísima salsa picante. Pero lo frecuente es prepararlos “a la inglesa”, sencillamente rebozados y rebozados en pan rallado y fritos. Entonces son mucho más suaves. Pero compáralos con la gallina… Entre otras muchas cosas, las ranas deberían ser realmente enormes, quizás unas ranas colosales. Y todavía. Eso sí, la carne de las ancas de rana, como la pechuga de pollo, es blanca. Y de ahí viene la similitud. En lo que se refiere a llamarlos «estilo inglés», fue la venganza del enorme chef francés Auguste Escoffier, que practicaba en Londres, antes que los ingleses rechazaran las ancas de rana.
Carne blanca: un agregado sobre nutrición
Desde el criterio sobre nutrición, la carne de rana se clasifica como carne blanca, de la misma las aves. Por consiguiente, charlamos de una opción alternativa con un contenido elevado en proteínas de prominente valor biológico (cien gramos poseen un 12%), aparte de aminoácidos fundamentales. Además de esto, es un alimento en el que prácticamente no hay presencia de hidratos.
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¿De qué forma afectan los distintos métodos de cocción al gusto?
Las ancas de rana fritas o asadas saben mucho más a pollo, pero hervidas o salteadas saben mucho más a pescado. que nuevamente cambia el gusto.
¡Aquí existen algunas formas distintas de cocinar ancas de rana y de qué manera perjudica su gusto!