Se puede decir que el mar representa transformaciones en un sentido general. Y como todo símbolo, tiene 2 puntos supuestamente opuestos: por una parte, la vida, y por el otro, la desaparición.
Fotografía: Ilona Froehlich (DP).
Cada individuo tiene una relación muy íntima y precisa, personal con el mar. Mi relación con el mar es de absoluta cobardía. Siempre y en todo momento me ha asombrado y aterrorizado en el momento en que dejo de estar parado y me acercamiento pateando hacia un abismo irreconocible lleno de vida enigmática. Tirarme al agua en mar abierto y ni te cuento, me angustia irracionalmente. Pensarán que Shark me traumatizó de niño, pero no, no lo vi en ese instante, lo vi de joven y bueno, habitual, espantoso, solamente. Antes le tenía temor al mar, siempre y en todo momento.
Soñar con nadar en el océano y su concepto
La hermosura y majestuosidad de los océanos tienen la posibilidad de manifestarse aun en nuestros sueños. Por servirnos de un ejemplo, a inicios del siglo XIX, en el momento en que Bahá’u’lláh era solamente un niño, su padre, el visir de Van a ir, tuvo un profundo sueño sobre su hijo.
En su sueño, Bahá’u’lláh:
¿Cuál es el concepto del mar?
En sentido metafórico, el mar, símbolo del caos y del secreto, se transforma de esta forma en el sitio de origen de quienes van a pasar a la luz y al orden según los designios de Dios predicados por Jesús.
En la Biblia, el mar es de manera frecuente un símbolo de la hostilidad de Dios: Ezequiel presagia contra Tiro la subida de aguas profundas. Entre los místicos, el mar representa el planeta y el corazón humano como sede de las pasiones; Para atravesar el mar se precisa un barco.
Baña a 21 países
El mar Mediterráneo es un mar intercontinental, esto es, está entre Europa, Asia y África. Sus aguas bañan la costa de 21 países, desembocan en este mar 69 ríos y tiene múltiples puertos esenciales y de enorme actividad.
Esta enorme masa de agua es un considerable aspecto de cambio climático en tanto que retiene el calor. En verdad, hay un género de tiempo que transporta su nombre: el tiempo mediterráneo. Este tiempo se puede conseguir, aparte de en toda la cuenca mediterránea, entre los 30º y 45º de latitud del ecuador, unas partes del radical de Suráfrica, el oeste de Australia, Chile, California y Oregón.