Los caracoles son moluscos gasterópodos que tienen una concha con apariencia de espiral. No tienen cerebro: solo unos pocos ganglios cerebrales que les se usa para desplazarse y comer; No procesar información complicada.
La autora, Elisabeth Tova Bailey, cae enferma y, postrada en la cama, se ocupa de contemplar un caracol, que la acompaña en el transcurso de un año desde una maceta. ‘El sonido de un caracol salvaje comiendo’ es un interesante elogio a la lentitud, las pequeñas cosas y la naturaleza, un ensayo que da un sinfín de pistas para estos momentos de semirreclusión.
Instantes Clave en una Granja de Caracoles
Uno es el desenlace de la campaña por el hecho de que marca el comienzo de la próxima, es el instante para sacar caracoles y vegetación y “le facilitamos el criadero para el comienzo de la próxima temporada”.
Los juveniles de caracol llegan al criadero en primavera, «es un instante especial, se tienen la posibilidad de matar».
¿Qué ofrecerle de comer a los caracoles?
Tu dieta ha de ser vegetal y cuanto mucho más diferente mejor. Aparte de las plantas y hojas frescas, las verduras como las zanahorias, los tomates, el brócoli y los pepinos son especiales. En la situacion de las frutas: manzana, plátano, uva, pera o fresa.
Primordiales peculiaridades del caracol Los caracoles viven en la Tierra ya hace mucho más de 600 millones de años, con lo que son un animal invertebrado muy longevo. Estos animales invertebrados son de pequeño tamaño, miden solamente unos centímetros y pesan unos pocos gramos.