Dschelal-up-Din, el hijo mucho más enérgico del difunto Mahoma, se levantó como líder de este último cobijo y ganó popularidad al vencer a los mongoles en una escaramuza menor.
Con la desaparición de Genghis Khan el 18 de agosto de 1227, su imperio quedó dividido en 4 partes, una para todos sus hijos, si bien bajo la autoridad de un único Enorme Khan. Esto dio sitio a 4 kanatos: el kanato de Mongolia, el kanato de Chagatai (Asia central), el kanato de Kipchak (estepas rusas) y el ilkhanato de Persia. A lo largo de unos años se sostuvo la seguridad, pero todo cambió desde 1259, en el momento en que la guerra de sucesión entre Kublai Khan y Ariq Boke terminó por liquidar el imperio. Los 4 kanatos se transformaron en reinos independientes, de manera frecuente en batalla entre sí.
El ilkhanato de Persia pertenecía a Hulagu Khan, nieto de Genghis Khan y hermano de Kublai, quien se encargó en 1255. En ese instante, controlaba una gran parte de las viejas tierras persas. Pero una vez sin dependencia, se expandió para controlar, en su auge, un extendido territorio en el Medio Oriente: prácticamente toda Persia y sus territorios vecinos hasta una gran parte de lo que el día de hoy es Azerbaiyán, Afganistán y Pakistán al este, y todo el centro y el este. Turquía. , por Occidente.
El mito del kamikaze
En el momento en que la buena novedosa se propagó entre los cortesanos de Kioto, la victoria se interpretó como una señal de intervención divina, una percepción que no logró mucho más que medrar transcurrido un tiempo. El kamikaze explotó, y esto se transformó en fundamento de orgullo, en tanto que la temporada de las invasiones mongolas pasó a ser vista como un periodo único en la historia de Japón en el que todos, desde el emperador hasta el último japonés, estaban unidos en el propósito común de realizar en frente de los amenaza extranjera Pese a las profundas raíces de esta iniciativa, expresión máxima del mito de las invasiones mongolas, la verdad es que esta crisis nacional fracasó miserablemente en juntar a El país nipón en pues de un fin común, y en el próximo medio siglo la familia Hojo, que había rigió en el instante de las invasiones, fue derrotado y expulsado del poder.
No obstante, el carácter mitológico de las invasiones mongolas a El país nipón no dejó de medrar transcurrido el tiempo. Es importante que en las proyectos literarias de los siglos siguientes se muestre con creciente profusión la expresión shinkoku (“tierra de los dioses”) para referirse a El país nipón, una tierra extraordinariamente cuidada. Al tiempo, empezó a realizarse una creciente polarización entre la percepción del guerrero japonés y los extranjeros demonizados. Todavía en 1853, un año antes que El país nipón abriese sus puertas al planeta exterior tras tres siglos de aislamiento, se rezaban frases por la subyugación de extranjeros toda vez que se avistaban navíos en aguas niponas, frases fundamentadas en maldiciones lanzadas contra los invasores mongoles hace 600 años. antes Al final, en el momento en que en 1945 El país nipón se vio de nuevo conminado por una invasión extranjera, la agobiada defensa llevada a cabo por pilotos autodestructibles compartió tanto el espíritu como el nombre del kamikaze. Eran los herederos del «viento divino», y no vacilaron en sacrificarse estrellando sus aeroplanos contra las repletas de los portaviones estadounidenses en la vana promesa de emular a sus ancestros, que consiguieron repeler la horrible invasión mongola.
¿Quién derrotó a los tártaros?
Dmitri Donskoi 1380: Los tártaros fueron derrotados en la Guerra de Kulikovo por el Enorme Príncipe de Moscovia, Dmitri Donskoi. 1480 – el Enorme Puesto en el río Ugra. Fin del dominio mongol en Rusia.
Iván III creó un gobierno centralizado y se casó con la sobrina de un emperador bizantino, lo que le dejó hacerse con el control de la Iglesia Ortodoxa. Entonces, para sintetizar, Iván III liberó a Rusia de los mongoles gracias a
Organización popular
A inicios del siglo XIII, los mongoles eran jinetes nómadas organizados en clanes. Cada uno se encontraba comandado por un khan o jefe.
En cada clan había 2 géneros de personas, los libres y los siervos. Entre los libres, existían diferencias sociales entre los hombres y mujeres corrientes y los de origen aristocrático.