La palabra Noite es el resultado de la fricatización de la manera notie, forma que es una metátesis de la noche ibérica (preservada en gallego y portugués) y esta como evolución de nocte(m), noche en latín (desde la pérdida del fonema -ct- en las formas descorteses). En este término (noche) influyó la Yod.
Según su etimología, la palabra noche deriva del latín “noctem”. Este término se usa para determinar el intérvalo de tiempo a lo largo del como una región de la Tierra (gracias a la rotación) no siente los fotones del sol, con lo que continúa en absoluta obscuridad. Este periodo es entre la puesta y la salida del sol del día después.
Los celtas, una celebración pagana y la llegada de los fallecidos
El origen de Halloween se remonta a una vieja celebración pagana conmemorada por los celtas hace 2.000 años llamada Samhain . El festival, que sucedió en el Reino Unido, Irlanda y el nordoeste de Francia, se hizo el 1 de noviembre para festejar el comienzo del invierno y el desenlace de la cosecha. Los celtas pensaban que Samhain era un instante en que las ánimas de los fallecidos retornaban al planeta de los vivos para conocer sus hogares.
«Lo que llamaríamos noviembre, o la sección primera del mismo, semeja ser la temporada señalada para el desenlace de la cosecha y el comienzo del invierno entre los pueblos que charlaban o charlan lenguas celtas, representado eminentemente hoy en dia por los irlandeses”, ha dicho a CNN Joseph Nagy, instructor del Departamento de Lenguas y Literatura Celtas de la Facultad de Harvard.
Alejandra Pizarnik, por Mónica Sifrim
«Una observación desde la cloaca puede ser una visión de todo el mundo», recomienda Alejandra en su libro Árbol de Diana. Continuó: «La rebelión radica en ver una rosa hasta pulverizar sus ojos». Esa provocación de escudriñarlo todo de abajo hacia arriba, con la fuerza salvaje del primer tiempo, esa llamada a levantarse y reventar el cuerpo en un mismo acto, contrasta con la imagen de criatura indefensa que acostumbra asociarse a la figura de Alejandra. Pizarnik. No es al azar que su obra, un mito de los años ochenta y noventa, continúe siendo muy venerada y también imitada, si bien el día de hoy predominen poéticas distintas. No es al azar que aún sea bien difícil sustraerse a la equívoca fascinación de sus poemas y su biografía. El poeta preferido de los jovenes quizás pues, como ellos, Pizarnik es terminal. Semeja que no ve mucho más absoluto que su herida, no ve mucho más futuro que hacerse daño nuevamente: «Está bastante lejos para preguntar / bastante cerca para entender que no lo hay». Conque vuelvo a iniciar: como la mayor parte de los versistas jovenes de mi generación, empecé a redactar hipnotizado por la poesía de Alejandra, intentando de distanciarme para no imitarla, releyéndola después para conocer aspectos nunca pensados.
Con expresiones familiares (agua, piedra, pájaro, noche), Pizarnik compone poemas que revelan enigmáticas máquinas mecánicas, jaulas deslumbrantes y perfectas. La sintaxis de los versos ofrece o asegura solucionar misterios y entelequias. No obstante, a través de sus razonamientos, llegamos sin estimar a este abismo simbolista: hablamos de develar un secreto sin dejar de serlo, de trasmitir significados latentes sin salvarlos de su naturaleza dudosa. En la poesía de Alejandra, el sujeto poético hace aparición y se multiplica, pero pocas veces desaparece. “Hablo de mí conmigo misma” y esto, que parecería ser una incesante de toda poesía intimista, es aquí así: en su obra, frecuentemente (como recomienda Cristina Piña) se discuten 2 ediciones de sí en oposición al lector. : el que charla y el otro el que padece la vida: «No hay donde respirar / y charlas del aliento de los dioses». Así, el creador deja que el lector sea testigo de la promulgación de su conciencia dividida. O, como bien lo detalla César Aira: “En la poesía lírica, el sujeto es la mayoria de las veces un personaje, realizando literario lo que sin él sería pura demanda narcisista. El tema del personaje, dividido en pequeñas, sonámbulas, náufragos, dejó a A.P. seguir en la escritura sin caer en las convenciones de la vieja lírica sentimental”.