Los comerciantes de mariscos han trabajado duro para persuadirnos de que la carne grasosa y cargada de químicos del pescado de alguna forma califica como alimento saludable. Pero en un examen mucho más detenido, esta afirmación es bastante sospechosa. Aquí hay siete causas por las que el mito del «pez sano» está inundado.
1. La pirámide alimenticia no incluye mercurio
Peligros para la salud
Los pescados grasos como el arenque fresco y la caballa tienen que cocinarse o procesarse justo después del pescado. Si pasan bastante tiempo sin cocinar, son susceptibles a la capacitación de bacterias que tienen la posibilidad de ocasionar intoxicación por histamina, caracterizada por sarpullido y dolor estomacal. Esto se refleja en la expresión “¡Santa Cavala!” Se remonta a los días en que los pescadores de Cornualles tenían una licencia particular para abrir sus puestos de pescado todos los domingos y vender la pesca de la noche mientras que aún se encontraba fría.
Los moluscos bivalvos del agua contaminada por desechos humanos tienen la posibilidad de ocasionar hepatitis virales y también infecciones bacterianas, lo que transporta a graves trastornos gastrointestinales.
¿De qué forma entra el mercurio en la cadena alimenticia?
La OMS enseña que el mercurio padece transformaciones complicadas en el medioambiente y está en las redes alimenticias, en especial en los medios acuáticos. Cuanto mucho más viejo es el pescado, mayor es su concentración de metilmercurio.
Además de esto, se biomagnifica, esto es, cuanto mucho más arriba está el organismo en la cadena alimenticia, mayor es su concentración de metilmercurio. En consecuencia, es mucho más posible que los peces predadores enormes contengan mucha cantidad de metilmercurio, a pesar de que los peces pequeños asimismo tienen la posibilidad de tener mucha cantidad de mercurio en áreas especialmente contaminadas.
Atún colorado
Entre los mucho más vendidos por la industria pesquera es el atún, del que hay múltiples especies. En un caso así, el atún colorado no debe consumirse de manera frecuente, una observación singularmente esencial para pequeños y mujeres embarazadas.
No obstante, en la situacion de mayores sanos, no hay mayores inconvenientes para integrar este pescado en la dieta. En verdad, contribuye ácidos grasos fundamentales para la salud. Uno es el omega 3, según una investigación anunciado en la gaceta Phytotherapy.
Cuáles son los nutrientes del pescado en las verduras.
- Proteínas de calidad: todas y cada una de las verduras (en mayor o menor medida), quinoa, amaranto, trigo sarraceno, semillas de cáñamo, soja y espirulina.
- Vitaminas:
- Vitamina A: verduras de hoja verde, zanahorias, pimienta de cayena, boniatos, boniatos, etcétera.
- Vitamina B: legumbres, frutos secos, tahini o muesli.
- Vitamina D: tofu, almendras, nueces, verduras de hoja verde, sésamo, linaza, etcétera.
- Minerales:
- Calcio: soja, espinaca, brócoli, col o berro.
- Flúor: frutas y verduras, verduras, patatas, etcétera.
- Yodo: algas, arándanos, habas, fresas, sal del Himalaya, etcétera.
- Magnesio: verduras de hoja verde y frutos secos.
- Zinc: chocolate y cacao, calabaza, sandía, tahini o pasta de sésamo, etcétera.
- Grasas saludables:
- Aceites vegetales: aceite de oliva virgen, girasol, coco, soja, maíz o cacahuete.
- Fruta: aguacate, oliva y coco.
- Omega 3: Linaza, semillas de chía, quinoa, aceite de soja, frutos secos, avena, etcétera.
- Vitamina A: verduras de hoja verde, zanahorias, pimienta de cayena, boniatos, boniatos, etcétera.
- Vitamina B: legumbres, frutos secos, tahini o muesli.
- Vitamina D: tofu, almendras, nueces, verduras de hoja verde, sésamo, linaza, etcétera.