Desde el siglo XVI hasta el XIX, corsarios, piratas y bucaneros merodearon las aguas de la Península de Yucatán, atacando a los navíos mercantes españoles que transportaban mercancías a España, especialmente plata del interior de México y la presente Bolivia, ha dicho Antonio. de León, quien escribió un libro sobre
Las fortalezas y baluartes testimonia la intensidad con la que estos bucaneros asaltaron la localidad como una parte de un complejo sistema de economía marítima donde Francia y también Inglaterra eran los primordiales adjudicatarios. A lo largo de los siglos XVI, XVII y XVIII cruzaron el Atlántico galeones españoles cargados de oro, plata, maderas nobles, plumas de aves, cera, algodón y leños. España había ganado un archivo pontificio que le daba el privilegio de usufructo y control de todo el conjunto de naciones, pero Francia y también Inglaterra, si bien eran potencias económicas, han quedado fuera del tratado, con lo que eligieron explotar de alguna forma el botín.
Entre el viejo y el nuevo conjunto de naciones estaba el agitado océano Atlántico y en sus aguas esperaban navíos piratas para interceptar galeones españoles y conseguir riquezas de forma “simple”. Piratas transcurrido el tiempo integrados en una sociedad de nautas y marinos estructurada por los contrincantes de España, quienes con maestría y rudas tácticas atacaron galeones en mar adentro, y más tarde asaltaron los puertos, incluido Campeche, dejando atrás, historia, arquitectura, sociedad y civil. aduanas. Sus peleas aún se intercalan con historias que sorprenden la imaginación de quienes visitan esta bella localidad amurallada.
¿Qué birlaron los piratas?
Según Manuel Lucena, el pirata «era el que hurtaba por su cuenta en el mar o en sus zonas ribereñas, es enemigo del comercio marítimo por norma general por el hecho de que viaja de forma exclusiva con objetivos rentables, sin discriminar a ningún bandera nacional.
La actividad de la piratería ingresó el contrabando, recursos que las colonias no tenían se podían conseguir de los piratas, el mercado negro asimismo brotó en el conjunto de naciones, en tanto que se consideraba mercancía.
España entra en guerra
Una vez que España declarase formalmente la guerra a Enorme Bretaña, el 21 de junio de 1779, el rey español Carlos III encargó al general Bernardo de Gálvez, gobernador de Luisiana, regentar una campaña militar contra los británicos que dominaban las puntos del Golfo, con lo que Gálvez, siguiendo órdenes, organizó una Armada y una Armada, venciendo a los británicos en las peleas de Manchac, Baton Rouge y Natches en 1779, en Mobile en 1780 y en Pensacola en 1781. Hasta entonces, sus fuerzas españolas aseguraron la parte de arriba del río Mississippi y Ohio, venciendo a los británicos en St. Louis. Louis, Misuri y St. Joseph, Michigan, prestando asistencia a George Rogers Clark en sus peleas por Vincennes, Indiana, Kaskaskia, Illinois y Cahokia, Illinois.
En 1782, el Conde de Gálvez volvió a vencer a los británicos y se realizó con el control de su base naval en New Providence, en las Bahamas. Los españoles se preparaban para la campaña mucho más grande de todas y cada una contra Jamaica en el momento en que sus proyectos se descarrilaron por las negociaciones entre España y también Inglaterra que acabaron con el Tratado de Paz de París de 1783, que puso fin de manera oficial a la guerra. Al abrir un tercer frente, los españoles redujeron ciertamente las fuerzas británicas que podrían haberse empleado en otros sitios.
¿Y es cierto que en las islas guardaban los cofres con sus bienes?
Es verdad que en varias islas recónditas, los piratas se refugiaron tras irrumpir otros navíos.
Allí repartían el botín y guardaban lo robado, no solo joyas, sino más bien asimismo comida, medicinas, tabaco…